Quizás porque me crié en Valencia, siempre tuve las chimeneas en cierto modo idealizadas.
Las veía con cierto aire romántico y bohemio, como si fuesen capaces de arreglar la peor de las conversaciones o el más amargo de los vinos.
El hecho es que hace relativamente poco tiempo, y no diré con quién, se dio o pensé que se iba a dar, la antesala a la idealización que siempre tuve por la preciada chimenea.
Buena compañía, fin de semana largo, buen vino, juegos de mesa, días de invierno…y la chimenea.
Cuando llegué, he de reconocer, que será por el frío que hacía en la casa, que no atiné ni a caer en la cuenta de que había que buscar en el sótano “tronquitos, ramitas y pastillas para encender”. Y allá que vas tú, toda mona, dispuesta a beberte lo que te echen, bajando por escaleras gélidas a un sótano para poder darle de comer a la chimenea.
Ponte a buscar con tu víctima/verdugo, ramas, cerillas (porque no tienes mechero), pastillas etcétera a las 9 de la noche a 5 grados, en una casa deshabitada desde el invierno anterior…
Y ahí se te empieza a caer el mito…Ahí y cuando has de ponerla en marcha…Porque mientras la casa está como un cubito, con abrigo puesto y por poco con bolso al hombro, ponte a intentar poner en marcha aquello.
Nos faltó cantarle por soleares a la dichosa chimenea. (Sabe Dios que si por mí hubiera sido, hubiera tocado un solo de guitarra al más puro estilo Manolo Caracol , con tal de que hubiera prendido a toda mecha en el menor tiempo posible).
Pero las cosas de palacio van despacio…Y para cuando aquello nos dio un par de graditos, casi no quedaban ganas de vino, ni de juegos de mesa, sino de arrimarse cara a ella con pose de vegetal.
“mejor programar tus radiadores desde el móvil unas horas antes de llegar a tu destino”
Y desde entonces lo vi claro: la chimenea tendrá su punto bohemio para una residencia habitual de una super happy -family, con un super perro, con unos super felices niños risueños, con una super alfombra gigantesca digna de salir en el Hola!…Pero si se trata de poner el bonito pie en tu casa de invierno que no pisas desde hace un año, mejor programar tus radiadores desde el móvil unas horas antes de llegar a tu destino….Que el frío no estropee tus veladas…
…donde hubo chimenea, PON AVANT WI-FI.